ACERCA DE MI
LA HISTORIA DE MI VIDA
Nací en Cúcuta, Colombia, el 1 de noviembre de 1983. Y tuve el privilegio de tener unos padres jóvenes y una hermana. Estudié en un colegio de católico llamado El Carmen Teresiano (Carmelitas) desde la primaria hasta que obtuve mi diploma de bachiller en el año 2001.
2000 - Budapest
En el año 2000, viajé a Budapest, Hungría, para hacer un intercambio intercultural. A los pocos meses de mi llegada, me mudé a Bogotá para estudiar la universidad, la cual terminé en 2010, cuando me gradué como Comunicadora Social y Periodista en la Universidad Externado de Colombia.
Vida laboral
De ahí di un salto inmediato a la vida laboral. Fui redactora en los periódicos colombianos El Tiempo (2009) y El Espectador (2009-2012), y corresponsal de este último en Buenos Aires, Argentina (2012-2014), donde residí más de cuatro años. En este país también hice parte de la asociación de Corresponsales Extranjeros.
Regreso a colombia
Más tarde, en 2018, a mi regreso a Colombia, me convertí en coordinadora editorial de revista en Semana, de Colombia. Y aunque todo este recorrido profesional que he caminado puede sonar deslumbrante, y de hecho forjó en mí un buen perfil laboral, creo que el sendero que más me enseñó y me hizo crecer personal y espiritualmente inició en 2012, cuando decidí mudarme de Bogotá a Buenos Aires, Argentina. Allí, sin pedirlo, inicié mi camino de transformación interior.
mi duelo
En 2013 empecé a visitar a la psicóloga para que me ayudara con el duelo migratorio y el proceso de adaptación al nuevo país. Nunca me imaginé que, para hacer ese viaje de introspección, tendría la necesidad de quebrarme por completo para empezar a verme, reconocerme, aceptarme y, de a poco, sanar. Ese mismo año inicié consulta psiquiátrica por varios break downs que tuve. Esa fue la primera vez que le vi la cara a la depresión. Por aquella época en mi familia comenzaron a ocurrir una serie de muertes, casi una tras otra, que me permitieron empezar a armar y comprender mi historia familiar. En 2014 murió María, quien colaboró en casa de mi abuela materna con los quehaceres y el cuidado de mi mamá y mis tías. Seis meses después, ese mismo año, murió Graciela (o Pachi), mi abuela materna. En enero de 2015, empecé a estudiar una maestría de Periodismo en la Universidad de Buenos Aires, y en septiembre de ese año un cáncer le arrebató la vida a mi tío parteno Ricardo. En octubre fui a visitar al médico para a hacer unos exámenes, pues tenía un dolor insoportable en la parte de frontal del cuello.
Enero 2016
En enero de 2016, después de una biopsia en mis ganglios, me diagnosticaron Linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer en el tejido linfático, en el cuello y pecho. Al mes de haberme enterado de mi enfermedad, mi pareja, con quien compartí cuatro años bajo el mismo techo, decidió terminar nuestra relación. Ese año seguí cursando mi maestría, trabajando y haciendo quimioterapia. Para noviembre de 2016 me había curado del cáncer, pero mi tío paterno, Pablo, no contó con la misma suerte. Murió de cáncer de hígado en diciembre.
Enero 2017
En enero de 2017 yo empecé a enfermarme de nuevo. Al principio los médicos pensaron que se trataba de una metástasis en los pulmones, sin embargo, después de dos hospitalizaciones y varios procesos quirúrgicos me diganosticaron tuberculosis. El cáncer me tenía muy débil y los medicamentos de la tuberculosis eran fuertes, tampoco podía trabajar porque esta enfermedad es contagiosa. Pronto, mis ahorros y dinero que me había enviado mi familia para ayudarme con el tratamiento se acabó. Tuve que regresar a Colombia para continuar con el tratamiento allí, el cual sería más corto que el estaba llevando en Argentina.
Mayo 2017
Llegué a mi ciudad natal en mayo de 2017 a vivir a la casa de mis padres, de la que había salido a mis 18 años. La depresión y la ansiedad fueron mis compañeras y maestras durante esta etapa de tratamiento y recuperación de la tuberculosis. Ocho meses después, me ofrecieron un trabajo como coordinadora editorial de revistas en Revista Semana en Bogotá.
ENERO 2018
Inicié labores en enero de 2018. Pero mi vida cambiaría de nuevo. En Junio de ese año mi papá tuvo un accidente con su arma, se le disparó mientras la limpiaba, quedó en coma tres semanas, y murió el 2 de julio. Mi mamá estaba con él en casa cuando la pistola se disparó, ella fue quien lo llevó a la clínica. Los medicos dijeron que ese episodio de stress fue el detonante del cáncer de hígado y páncreas que le diagnosticaron en septiembre de ese año. Mi mamá murió presa de una metástasis el 8 de noviembre.
renuncié a mi trabajo
Renuncié a mi trabajo y regresé, de nuevo, a mi ciudad de origen para hacerme cargo, junto con mi hermana, de la empresa que habíamos constituído como familia, una agencia de seguros. A los cuatro meses, nos fuimos de viaje a la Riviera Maya mexicana con mi hermana y una de mis tías paternas para pasar el mal sabor de boca de la muerte de mis padres y justo el último día conocí a quien diez meses después se convertiría en mi esposo, un montenegrino que llevaba viviendo un año en esta zona de México. Después de nuestra boda me mudé a la Riviera Maya a su lado. Antes de cumplir un año de casados quedé embarazada, pero dos meses después nos informaron que el bebé no se formó, así que tuve un aborto espontáneo que detonó de nuevo depresión y ansiedad. Estuve en tratamiento psicológico por dos años y psiquiátrico por 8 meses.
dolor bendito dolor
En medio de ese panorama de tristeza y dolor, de días oscuros, muchos break downs y conversaciones con mi psicóloga, un día por fin le digo que yo fui abusada sexualmente a mis cinco años, que había hablado del tema pero no creía que lo había superado. En ese momento mi psicóloga me aseguró que habíamos encontrado la raíz de mis dolencias mentales. En ese momento, sentí que renací y pude encontrarle sentido a todo el dolor que había experimentado en mi esta etapa de mi vida. Y fue allí cuando decidí darle vida a un proyecto que inicié aquel enero de 2016, cuando me dijeron que tenía cáncer, Dolor bendito dolor.
dolor bendito dolor
quiero esucharte
Abrazar tu dolor es aprender a amarte a ti mismo.
Si estás listo(a) para superar tu dolor emocional y dar el primer paso hacia una vida más plena y satisfactoria, ¡contáctame hoy mismo! Juntos, podemos trabajar para que te sientas mejor y logres tus metas emocionales.